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Levantó la mirada

    Levantó la mirada hacia el cielo y vio que el naranja y el azul luchaban por gobernarlo. El atardecer llegaba a su fin y la noche esperaba su momento.
  Se entretuvo contemplando las nubes y buscando semejanzas con algunas de sus formas. Ni siquiera se molestó en escuchar el pitido largo y prolongado del tren que amezaba con acabar con su vida a toda velocidad.
    A las puertas de una muerte casi segura, se dio cuenta de que lo más bello de este mundo es aquello que cada día ignoramos.


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