Este relato fue presentado a la antología Invasiones planetarias, cuyo premio fue considerado desierto Ha pasado tanto tiempo que ya ni recuerdo cuándo vinimos. Tal vez hayan pasado seis o siete pársecs, aunque a mí me parecen veinte. En cualquier caso, demasiados a mi modo de ver. Pero tengo una misión que cumplir, tenemos una misión que cumplir. Me niego a admitir que todos estos años invertidos no han servido para nada, pero mi tiempo se acaba, sigo sin recibir la señal y me empiezo a preocupar. Las órdenes fueron claras, infiltrarnos en la especie humana, hacernos pasar por iguales y aumentar en su escala de poder. Tuvimos que adoptar sus asquerosas formas y sus costumbres. Aprender su lengua, idiomas los llaman, fue más fácil que simular ser ellos. Al tener la habilidad de adquirir la forma de cualquier ser vivo que toquemos, podemos hacernos pasar por ellos, el único inconveniente es que sólo puede ser por tiempo limitado, y el mío se está agotando. Una vez infiltrados...
Como su propio nombre indica