Lloró y lloró, hasta que sus lágrimas se tornaron negras como el tizón. Le habían robado sus alas y con ellas, su libertad. Albergaba tanta tristeza, que ni el color de las rosas se mantenía al verla. Ahora, resignada, le tocaba vivir como una humana, por culpa de su insensatez. @XabiGarza
Como su propio nombre indica