Apenas pudo pegar ojo. El pijama empapado en sudor cubría su cuerpo, y justo al despertar de su duermevela recibió un mensaje inesperado. Su móvil vibró, y en la pantalla, un nombre.   Su nombre.   Ese que no pudo volver a pronunciar desde el día en que murió.     @XabiGarza    
Como su propio nombre indica