Para que tú lo leas

A menudo pienso en la idea de dejar de existir. No en el mero hecho de morir, sino en no existir. Dejar de pensar, de sentir, de percibir los olores que el aire me regala porque así lo ha decidido.      Simplemente dejar de ser. Por un instante, por toda la eternidad. Poco me importa eso. La idea cobra fuerza en mi mente y cada día cuesta más seguir siendo. Como si la penitencia fuera el pecado.      No espero nada. Nada aparte de la nada más absoluta. Nada más y nada menos que todo lo que ya no necesito. El viaje sin retorno hace tiempo comenzó. Pero ya no espero nada porque la nada llegó. Xabi Garza

   Así, como concepto. Y es que habría que optimizarla, sería todo mucho más fácil. A ver si me explico:    Nacemos y somos un amasijo de carne. En el mejor de los casos, carne tierna, pero poco más. Pasamos años sin ser conscientes de nuestra propia existencia y desaprovechando lo bueno que tiene crecer sin hacer nada salvo comer, dormir y cagar. Y no necesariamente por ese orden.    Todo sería mucho más fácil si fuéramos como un Benjamin Button de la vida, pero ya no físicamente, sino mentalmente. Cuántas veces no hemos escuchado eso de «Si pudiera volver atrás con lo que sé ahora». Y es que es verdad.    Deberíamos nacer con todo el conocimiento disponible almacenado en nuestro cerebro e ir asimilándolo durante todos esos años en los que no hacemos otra cosa que crecer. ¿Para qué quiero saber surfear con 80 años si lo que me gusta es saberlo de joven y poder hacer locuras? La gente mayor tiene mucho conocimiento almacenado que no va a poder transmitir. Conocimiento que se va a perde

   Hoy he hecho risotto . He visto la receta en el programa de Arguiñano. Parecía fácil. De hecho, la mayoría de recetas lo parecen. Luego las tiene que hacer uno mismo y ya no es tan fácil. Que si colamos esto en el chino. ¿El chino? ¡El chino lo tengo yo en la otra punta del pueblo! Ah, calla, un colador de esos. Pues di colador, leches. ¡No me líes más, Arguiñano!    El caso, el risotto. Pues bueno, creo que sobreviviré, así que no me puedo quejar. No le he echado boletus, sólo me faltaba eso, pero ha quedado comestible. Ostras, me acabo de acordar de lo que me dijo una vez mi amigo Juan:    —Todas las setas son comestibles, al menos una vez.    Qué gran verdad. Hombre sabio donde los haya. Mi gran amigo Juan. Dios lo tenga en su Gloria.    En fin, que no ha sido tan difícil. Hervir arroz y echarle queso. Eso es resumir mucho pero es lo esencial.    Nadie me explicó que, una vez servido en el plato, hay que dejar la olla en remojo. Ahora hay una pasta pegada mezcla de arroz, queso

Foto: Laura Diana La vida sigue, el tiempo pasa. Los maravillosos colores ocres visten parques y jardines, campos y montes, desnudando su alma de pesares eternos para dar paso a nuevas sensaciones, nuevas vibraciones. Xabi Garza

Cuando todo a tu alrededor se desmorona, cuando parece que ya lo tienes todo hecho en tu vida, que no hay salida, que hagas lo que hagas da igual porque no está en tu mano cambiar nada, es cuando resulta más importante encontrar tu propio equilibrio. Xabi Garza

 Y yo que, iluso de mí, pensaba que sí pero, por lo visto, no, no había llegado el momento de retomar mi comunicación con el exterior. Xabi Garza

 Y aquí comienza la nueva aventura.     Porque siento la necesidad de compartir contigo, amable lector, las cosas que se me pasan por la cabeza, las historias que pretenden salir a toda costa.   Sea cual sea la razón por la que has llegado hasta aquí, siéntete bienvenido. Espero que lo pasemos bien juntos durante mucho tiempo. Y recuerda que, si algo no te gusta, la culpa es exclusivamente mía.     @XabiGarza