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Mostrando las entradas etiquetadas como La vida misma

Piano

  Siempre quise saber tocar el piano, pero no al nivel de conservatorio, tan solo para poder expresarme con notas musicales del mismo modo que lo hago con las palabras. No por el hecho de saber los movimientos de las piezas, uno sabe jugar al ajedrez, y tocar el piano es lo mismo. No soy pretencioso, solo quería saber tocar, pero la vida tiene sus caprichos y el destino otros tantos. Cuando tuve tiempo no tuve la oportunidad, y cuando tuve la oportunidad… Cuando tuve la oportunidad me faltó el poder aprender, porque no es lo mismo saber tocar el piano que poder aprender a tocarlo. No hay instrumento que peine mi alma y desenrede mi mente como lo consigue un buen piano tocado con suavidad y sentimiento. Es el único que logra calmar mi caos interno, o al menos, se acerca a ello. Sus delicadas notas me acarician por fuera, pero sobre todo por dentro, traspasando mi piel y mis sentimientos, desarmándome salvajemente y haciéndome vulnerable al resto de la gente. Y precisamente eso, es

Barbacoa

  Este mediodía he tenido visita. En realidad, mi hermano y su pareja han venido a comer. Se han acoplado de la manera más tonta y me han liado para hacer barbacoa. Uno no puede tener una barbacoa y leña en casa sin que le «atraquen» a las primeras de cambio. O tienes hermano o tienes barbacoa. En mi caso, al tener las dos cosas (sí, mi hermano bien podría pasar por una cosa) tengo un problema, uno con el que no sé lidiar demasiado bien.    —Hombre, Xabi, menudo día, ¿eh? Qué buen día hace. Que he pensado que, ya que estamos, que podrías hacer una barbacoa, que la tienes ahí muerta de risa.    —Esto... A ver cómo te lo digo.    —Si mira, casualmente hemos traído la carne y todo. Sólo tienes que hacer el fuego y yo me encargo del resto.    —Casualmente, ¿no? Te ha dado por visitar a tu hermano y la carne se te ha metido «por casualidad» en el maletero, ¿verdad?    —Ay, no seas así, anda. Si en un momento tenemos el fuego listo y vamos a comer la mar de bien, ya verás. Te encargas tú de

Llorar

A veces llorar es necesario. Sin saber porqué, sin necesidad de tener un porqué. Y no os confundáis, llorar no es un síntoma de debilidad; llorar es demostrar con dolor que sentimos, que añoramos, que sufrimos.    Llorar ayuda a purgar el alma, de todo y de nada.   @XabiGarza

Me ha salido bailarina

   Me ha salido bailarina, sí, sí. Desde siempre, no pierde la ocasión de dar unos estilosos pasos. Desconozco quién le habrá enseñado, incluso si será un don natural o cosa heredada, pero baila siempre que puede.    En ocasiones, se muestra tímida y vergonzosa cuando nota que la observo, otras veces es puro torbellino, pero nunca se está quieta. La tranquilidad no va con ella.    A menudo se descontrola dándose algún golpe contra la pared, pero es superior a ella. Danza que te danza.    Intento centrarla, explicarle que se puede puede lastimar. En una ocasión forré de corcho blanco una pared. Se contuvo durante unos días.    Y una cosa digo, no es que pretenda frustrar las ilusiones ni el potencial de nadie, sólo quisiera que entendiera que no es una friolera bailarina rusa con Parkinson, sino una lavadora.   Foto: Jausel Ferma vía Pexels @XabiGarza

Hoy estoy realmente cansado

     Hoy estoy realmente cansado, y eso que tan solo estamos a lunes.    Quizá sea, en parte, porque este es mi sexto día consecutivo de trabajo. Pero por lo visto eso no importa. Es lunes para el resto de los mortales y empieza una nueva semana aunque, para mí, justo ahora termina.    Qué ganas de llegar a casa y descalzarme. Comer cualquier cosa y amodorrarme en el sofá. Lástima que me queda la mitad de media docena de huevos en la nevera y pan del viernes encima de la mesa. Eso, y los platos de los últimos tres días por fregar en el fregadero. Joder, todo es faena, me cago en la mierda puta.    Me da igual, me pongo cómodo, me como un yogurt y me echo en el sofá a ver cómo se pelean en Telecinco. Debería leer las novelas que tengo a medias, pero estoy cansado, qué coño. Bien merezco un descanso, digo yo.    Cojo el yogurt, caducado hace semana y media y me rio del comentario que ha hecho en voz baja mi mente «mejor, así tiene más bifidus » y me lo zampo en tres cucharadas. S